¿Que hacer en la Riviera Maya?

Riviera Maya

Para nadie es un secreto que el Caribe Mexicano es una verdadera joya que la naturaleza ha creado, no hay un solo rincón de esa franja costera que no sea digno de ser visitado, admirado y preservado; en esta ocasión hablaremos de la Riviera Maya, esa porción de playas que se extiende de Puerto Morelos a la reserva Sian Ka’an, en el estado mexicano de Quintana Roo.

La costa está bordeada por la carretera que va de Cancún a Chetumal, cruzando a su paso poblados que parecieran ser extraídos de un libro de narrativa fantástica. Partiendo de Puerto Morelos hacia el sur, y por mencionar un par de ejemplos, está un hotel y parque temático con personajes salidos de un canal de tv infantil, más adelante está la única ubicación permanente en México del Cirque du Soleil. En realidad, la primera parada que nadie deja de hacer es en Playa del Carmen ¿el motivo? La extraordinaria belleza de sus playas y su famosa 5ª Avenida, además es el puerto de salida a la paradisiaca isla de Cozumel.

Más adelante está Akumal, una pequeña población colmada de hermosos lugares muchos de ellos poco conocidos, lo que permite que sean conservados casi en su estado virgen. Nadar en esta playa es una experiencia única, hay una gran cantidad de pececillos prácticamente en la orilla y con un poco de suerte algunas tortugas gigantes podrían llegar a saludarte.

Riviera Maya

El camino te llevará al impresionante cenote Dos Ojos una gran experiencia de entrar en contacto con el llamado turismo comunitario. Casi a la misma altura de nuestro camino se encuentra un enorme y famoso parque acuático. A poco menos de 15 minutos de distancia se erige majestuosamente, la zona arqueológica de Tulum, imponente muestra no solo de la arquitectura sino también de la avanzada ciencia maya; y casi de inmediato está Tulum pueblo, uno de los más famosos lugares de interés turístico a nivel mundial.

La Riviera Maya es la abundancia manifestada en deliciosos paisajes, bellísimas playas, misteriosos cenotes, cultura milenaria y gente amabilísima, disfrutarla es sin duda alguna un regalo invaluable para el espíritu, para el deleite y para la memoria.